lunes, 4 de marzo de 2013

LAS "TATAS" DEL TEATRO: SALVADORA FREIXAS BADÍA.

Algunas familias trabajadoras recordarán haber tenido Tatas cuando aún no existían guarderías  ni educación infantil,...; no hablo ya de las familias acaudaladas que las tenían siempre.

Pero las Tatas del teatro son una figura vital e histórica en una familia de cómicos, que poco tiene que ver con las tatas tal como nos las podemos imaginar.

Hacer teatro, cine o televisión en la época actual conlleva una entrega de horas y a horas intempestivas. Pero hacer teatro a finales del siglo XIX y principios del XX, y ser mujer con una familia, conllevaba una organización en el hogar para poder trabajar.

Como dato curioso en los inicios del teatro en casi todo el mundo no se permitía actuar a las mujeres, Inglaterra, Francia, Italia,..., y aún hoy en día aún pervive el Kabuki forma de teatro japonés tradicional que se está aperturando con el Kabuki femenino. Si bien España fue de los pocos países que  permitía actuar a la mujer aunque se le exigía que estuviese casada para poder actuar.

En el siglo XIX ya no era exigida esa condición, pero evidentemente muchas de las actrices formaban una familia. Las compañías llevaban un familiar elenco, a su vez con sus propias familias, establecido e imprescindible en el teatro del XIX y principios del XX: el primer actor, la primera actriz, la dama joven, el galán, la segunda (que hacia los papeles de malvada), la actriz y el actor de  carácter (que eran personajes mayores).Organizar ese elenco y sus familias, tanto si acompañaban a lo largo de una gira, como si se quedaban en el hogar, precisaban de la supervisión de "la Tata".

La Tata formaba parte de la familia, muchas veces (por no decir siempre) el dinero de la Tata se integraba en la economía familiar e incluso la salvaba. Porque eran un miembro más de una familia trabajadora, con un compromiso mutuo y lazos de cariño.

Por eso quiero hacer un homenaje a todas las Tatas del teatro español en la figura de una de esas tatas ejemplares que compartió la vida de los Bardem Muñoz: Salvadora Freixas Badía.

Juan Antonio Bardem Muñoz recuerda en sus memorias a su Tata, pero esta mujer fue tan importante para la familia que también Pilar Bardem Muñoz la contempla en sus memorias. ¿Como era Salvadora Freixas Badía para que Pilar Bardem, que no la llegó a conocer, la recuerde tan intensamente?

Rafael Bardem Soler y Matilde Muñoz Sampedro estaban en Buenos Aires en 1922, con la compañia de Ernesto Vilches e Irene López Heredia. El repertorio era de Alta comedia: la importancia de llamarse Ernesto, El abanico de Lady Windermere,... Eran un joven matrimonio con un bebe de 6 meses llamado Juan Antonio. Cuando el propio Juan Antonio dice en sus memorias que "se produjo el milagro". Aparece en sus vidas, la Tata, Salvadora Freixas Badía. Salvadora se habia quedado viuda y sin dinero, al morir su marido el maestro Ayguadé. Quiero repetiros las palabras exactas que cita Juan Antonio en "Y todavia sigue. Memorias de un hombre de cine", porque nada de lo que yo pueda decir tendrá tanta fuerza y cariño como la de uno de los mejores guionistas españoles:

"A partir de ese momento será mi Tata y poquito a poco será la Tata de todos nosotros, de papá y de mamá. Será un miembro más de la familia y el dinero que haya será también el suyo y lo administrará ella. Vivirá y morirá con nosotros y la amaremos y respetaremos como si fuese nuestra madre común"


Matilde Muñoz Sampedro con el pequeño Juan Antonio y la Tata en 1923.
Foto cedida por Isabel Ramis Bardem y , su hija, Marta Jara Ramis.


Este hecho también lo recalca Pilar Bardem, que como decia no la conoció : "será como una madre para mi madre, como una abuela postiza para todos".

En 1926 Salvadora acude al Teatro Apolo con un Juan Antonio de cuatro años de la mano, ya que no podía dejarle en ningún sitio. La viuda del maestro Ayguadé (director de orquesta de la famosa Compañía de Zarzuela de Sagi-Barba y la Vela en la que había sido primer violín el maestro Guerrero, actuel director de orquesta del teatro Apolo) pretendía que el actual maestro hiciese una función de homenaje a su antiguo jefe. la recaudación le hubiese venido bien a ella y a toda la familia Bardem-Muñoz. Pero Juan Antonio Bardem recuerda que ella salió llorando y apretando su mano con fuerza. De lo que se deduce que la Tata no consiguió nada.

La Tata defendía a sus niños. En una de las comidas de domingo que organizaba Catalina Sampedro para sus nietos, la pequeña Luchy Soto (prima a la que adoraban y adoran los Bardem-Muñoz) por alguna razón de esas cosas que pasan entre niños llamó "primo pobre" a su primo. Ante esto se armó una trifulca y la Tata defendió a los Bardem, a su familia, y se marchó con el pequeño.

El 18 de julio de 1936 la familia estaba separada. Rafael y Matilde estaban de gira en provincias cuando estalló la guerra civil, y la Tata en Madrid con Juan Antonio y la pequeña Pili que falleció en 1937.
Mapa de la situación madrileña
Victor Hurtado - La Sublebación - Plan Golpista.jpg

 Salvadora, nunca mejor el nombre, cuidó y protegió a los dos pequeños.Comenzó a no dejar salir a Juan Antonio a las calles del Madrid en guerra.
La Gran Via de Madrid
Foto de Centenario de la Gran Vía de Madrid.html
Victor Hurtado


 Después se fue con ellos dos a Barcelona, a casa del hermano de Rafael, Fernando Bardem Soler, con sus primas Conchita y Magda Bardem Faust. Isabel Ramis Bardem, hija de Magda, recuerda como contaban que su abuelo Fernando no les dejaba ir a los refugios. Decía que la familia tenía que protegerse unida, en el hogar familiar, pasara lo que pasara

Fotografia de Sergio Trati del Bombardep de Barcelona durante la Guerra Civil Española
efectuado por un bombardero italiano, a las 14:45

Tras pasar un tiempo allí, la Tata y los dos pequeños pasaron a Francia por Hendaya, así que un año después del inicio de la guerra, ya en 1937, Salvadora., tras haber pasado la noche protegiendo a los niños en el puente del Kursaal con otros refugiados y desplazados,
Foto cedida por la Fototeca del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en la que se ve a dos niñas refugiadas en Madrid, durante la Guerra Civil Española. EFE/Fototeca CICR

 pudo entregarles a Rafael y Matilde a sus hijos.En ese momento, la Tata, mayor y agotada, le dijo a doña Matilde que le entregaba a sus hijos y que ya se podía morir tranquila. "Mujer de palabra, dicho esto doña Salvadora se murió allí mismo de una angina de pecho".

   La Tata con Juan Antonio Bardem Muñoz en 1923.
Foto cedida por Isabel Ramis Bardem y , su hija, Marta Jara Ramis.


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